ESPAÑA EN LA ENCRUCIJADA
Este
último semestre -que no trimestre por el largo tiempo que ha pasado desde que
actualicé este blog por última vez por diversas causas que me lo han impedido-,
es un semestre plagado de sobresaltos, anuncios inesperados como la abdicación
de D. Juan Carlos en su hijo, el Príncipe de Asturias -desde el 19 de junio, S.
M. Felipe VI-, por causas que, aunque se
intuyen, no han sido explicadas suficientemente, pero la salud deteriorada de D. Juan Carlos
parece ser la primera y principal de ellas.
Esta abdicación y posterior
proclamación del nuevo Rey, parece haber acallado todos los rumores, no
agradables, desde luego, que suscitaba la Casa Real en los últimos tiempos por
diversos motivos, siendo el principal la implicación del marido de la Infanta
Doña Cristina, Iñaqui Urdangarín, en el caso Noos, y la posterior investigación
sobre el papel de la Infanta en los turbios tejemanejes de su marido para su
posible imputación que no se ha llevado a cabo por la probada no intervención
de la Infanta Cristina en los chanchullos que han llevado a su marido al
banquillo de los acusados, a pesar de que la Fiscalía no parece estar conforme
con la decisión del juez Castro, tan puntilloso, de no imputar a ambos
cónyuges.
El nuevo Rey, por su juventud, trae aires
nuevos a la Corona y parece gozar de la simpatía de la mayoría de las fuerzas
políticas-, exceptuando,
claro está, las que son eminentemente republicanas que han pedido
insistentemente que la Monarquía desapareciera de España como titular de la Jefatura del Estado, aunque sin
conseguirlo por ahora- que ven en los nuevos aires que trae el cambio en la
Corona un respiro ante los tensos momentos que se están viviendo en España
entre chantajes y amenazas separatistas, crisis económica, casos de corrupción
constantes, cada uno más escandaloso que el anterior.
Felipe
VI, además de ser un joven Rey, también tiene una gran preparación para la alta
responsabilidad que le compete, aunque no estará nunca su camino libre de
espinas, porque no olvidemos que la Historia de España, en los dos últimos
siglos, fue bastante intensa y cambiante, por las revoluciones, golpes de Estado, sonadas y
demás pronunciamientos en contra de sus antecesores en el Trono, algunos con
mayor o menor éxito para sus ejecutores, pero que convirtieron al siglo XIX, y mitad
del siglo XX, especialmente, en unos siglo convulsos y llenos de sobresaltos
políticos, cuando no de guerra civil.
Por otra parte, el pulso soberanista
al Gobierno que le está haciendo desde hace años el separatismo catalán, con
Artur Mas a la cabeza, sigue siendo el principal escollo para este país que
está tratando de salir de la crisis a base de esfuerzos y sacrificios, con la
amenaza de que el 11 de noviembre se hará una consulta soberanista
-completamente anticonstitucional e ilegal-, anunciada a bombo y platillo por
Mas y su gobierno ante sus electores, aunque desde la reunión mantenida por Mas,
este verano, con el Presidente Rajoy, admite en privado, como afirma el
Presidente de la Sociedad Civil Catalana, Bosch, ya que le dijo el propio
Mas que no se celebrará dicha consulta,
porque no hará nada ilegal, aunque calla que si el Gobierno presenta una
recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, esta consulta
sería suspendida inmediatamente hasta esperar el fallo de dicho alto Tribunal.
Ante esa posibilidad de suspensión de la consulta, ERC, socio de
Mas en el gobierno catalán, pide su celebración a toda costa -en un ejemplo de
talante democrático que demuestra su verdadero caríz político-, para seguir dando su apoyo a Mas, mientras
otras formaciones políticas pro consulta quieren preguntar a sus bases que, en
caso de celebrarse, si apoyarían la independencia de Cataluña, lo que demuestra
que no están seguros de que la supuesta independencia sea un bien para Cataluña
o todo lo contrario, ni tampoco cuál es la intención de votos de sus afiliados.
Por si todo esto fuera poco, el caso Pujol, ha puesto contra las cuerdas a
la familia Pujol Ferrusola por delito de corrupción, dejando al que fue ex Presidente
de la Generalitat ante una situación incómoda que le viene grande, tanto como el capital
que se han llevado fuera de España y que parece provenir -los Jueces tendrán
que determinarlo-, de la corrupción continua en sus años de mandato y de la
actividad de su hijo que, de activo empresario, ha pasado a ser un supuesto
delincuente de guante blanco que ha robado a espuertas a los catalanes y, por
ende, a todos los españoles, aprovechándose de las influencias de su padre, lo
que no es muy raro en estas familias en las que se entremezclan la política y
los negocios y no se sabe bien donde termina una y empiezan los otros.
El caso ERE en Andalucía, protagonizado
por el Gobierno socialista de dicha Comunidad, es otro aldabonazo a la
conciencia de todos los españoles que ven entre el estupor, la indignación y la
impotencia como quienes siempre han dado lecciones de ética política en sus
declaraciones y críticas, están involucrados en un caso de corrupción gravísimo
al que la jueza Alaya -extraordinaria
profesional de la judicatura-, va analizando con lupa los miles de folios del Auto de procesamiento y
entresacando nuevas pruebas, nuevos imputados y más millones estafados a sumar a ese vergonzoso escándalo.
Además, se suma a estos graves problemas,
los escarceos fronterizos de las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes
con la oleada imparable de inmigrantes ilegales que intentan entrar en nuestras
fronteras, primero saltando la valla y, cuando ha aumentado los medios de
seguridad que lo dificultan, entrando en pateras que, como una oleada siempre
inacabada, va trayendo a los más infortunados del área subsahariana que quieren
entrar en España para encontrar un futuro mejor que el que les ofrece sus respectivos
y pobres países, ignorando que van a caer en España en la más absoluta
indigencia, cuando no en la delincuencia -el problema de seguridad que ello representa
para nuestro país-, acuciados por el hambre, la miseria, la soledad y el
abandono.
A todo esto se suma el paro juvenil que en
España llega hasta un espantoso 50%, haciendo que muchos jóvenes tengan que
marcharse a otros países buscando horizontes más seguros y prometedores; que forman parte de los 4.500.000 españoles que
aún están censados como parados; la creación de puestos laborales ralentizada
por el clima de inseguridad política que se ha cernido sobre España en estos
últimos meses y los diversos frentes a los que ha tenido que enfrentarse el
actual Gobierno, consiguiendo que la prima de riesgo baje hasta límites
históricos que atrae a inversores extranjeros, lo que va creando, poco a poco,
un clima de confianza que separatistas catalanes y la izquierda inoperante para
todo lo que no sea destruir -en lo que es una verdadera experta-, intenta
combatir, porque como dice el refrán "A río revuelto, ganancia de
pescadores".
Totum
revolotum al que se suma la nueva
formación política con su ambiguo eslogan que le da nombre "Podemos" -tendría que definir que
es lo que "podemos", si no es poner todo patas arriba todo el país y
cargarse lo ya conseguido por quienes no dicen "podemos, sino
"hacemos"- y, con ese impreciso y sugerente nombre que no compromete
a nada, quiere robarles votos al PSOE y a los comunistas entre los votantes
indecisos, a quienes ese "podemos" les debe sonar a música celestial
en una gigantesca barra libre para todos.
Este
otoño se presenta lleno de contrastes, peligros y dudas, porque la encrucijada
en la que estamos, según se resuelva, puede definir el futuro de España en los
próximos años. Por eso, ciertos sectores -separatistas, nacionalistas,
izquierda ultramontana, antisistemas y busca-follones profesionales- intentan continuamente crear crispación,
porque si "no ganan ellos,
prefieren que perdamos todos".
Y el otoño está a la vuelta de la
esquina con sus bajadas de temperaturas, aunque todo anuncia que será un otoño
caliente política y socialmente, lleno de sobresaltos.