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I.ESPAÑA “PROGRESISTA” Y SU FRACASO

 

I.ESPAÑA “PROGRESISTA” Y SU FRACASO

 


Ana Alejandre

Antes de hablar del p
rogresismo instalado en el actual Gobierno, hay que hacer memoria para saber cuál es el origen de dicha ideología en España.

El origen del progresismo proviene de la Revolución Francesa, de 1789, cuando el pueblo francés derrocó la monarquía absolutista y redactó la primera Declaración Universal de los Derechos Humanos

. Más tarde, el término volvió a ser usado en el siglo XIX y su Revolución Liberal para denominar a los defensores del cambio social y de sus consiguientes modificaciones económicas y culturales, en oposición a quienes defendían el regreso al Antiguo Régimen. Dicho término de progresismo se vincula al de reformista.

Inicio del progresismo en España

El Partido Progresista fue, desde su fundación, un partido político liberal progresista español, surgido en el siglo XIX. Su origen se remonta a 1835 cuando la Regencia de Doña María Cristina de Borbón, y fue creado por parte de los liberales que se dividían en dos facciones: “moderados” o doceañistas, en referencia a la Constitución liberal de 1812, conocida popularmente como “La Pepa”. “en contraposición a los “exaltados” o veinteañistas. Pero su auge se produjo a partir de 1838, aunque se inició en 1835.

Los partidos liberales tuvieron su inicio durante el período del Trienio Liberal con el propósito de dirigir la política nacional del siglo XIX y, desde el primer momento, se distinguieron los partidarios de las dos corrientes anteriormente mencionadas. Entre los moderados se pueden citar a personalidades como el Conde de Toreno, Martínez de la Rosa, Pérez de Castro, Muñoz Torrero, Bardají y otros muchos de los hombres que compusieron las Cortes de Cádiz en el año 1812.

A su vez, el nombre de veinteañistas se le dio a los revolucionarios, tanto militares como civiles, que habían conseguido, con su esfuerzo y liderazgo, el regreso del régimen constitucional en el que participaron directamente el Propio Rego, Espoz y Mina, el coronel Quiroga, Evaristo San Miguel, Istúriz, Moreno Guerra, Calatrava, Romero Alpuente, Mendizábal, Flórez Estrada, entre otros, quienes recibieron numerosos honores y distinciones, pero estuvieron ausentes de los órganos de gobierno del poder constituido gracias al triunfo de la revolución que ellos promovieron. Estos liberales “exaltados” defendían las reformas ya iniciadas por el gobierno Presidido por Juan Álvarez Mendizábal.

Esta etapa política se destaca por el protagonismo de la controversia política y sus diferentes escenarios sociales de actuación y su plasmación organizativa., a lo que coadyuvaban todos los principios y libertades constitucionales conseguidas. La inflexibilidad y sus precauciones que manifestaba la constitución de 1812, respecto del Rey, sus competencias y decisiones, obstaculizaron las relaciones entre los dos poderes establecidos, como eran el ejecutivo y el legislativo. Especialmente, si se considera que los diputados de 1820 que mantenían y aumentaban sus reticencias y sospechas sobre el papel del Rey. Esto produjo que el Trienio Liberal (1820-1823) permitiera los continuados abusos, en todos los aspectos, debidos a la negligencia en perseguir a los culpables de ellos.

Esta actitud recuerda la que mantiene el Gobierno de Pedro Sánchez con los desmanes, despropósitos y corrupción que se llevan a cabo  y aumentan sin cesar, sin que se les ponga límite a ellos y se castigue a los culpables. Así como el continuo ataque a la Monarquía y al Rey que se considera un estorbo del que hay que prescindir, según los “progresistas”, que están en el poder desde 2018 hasta la actualidad, sin que el Gobierno haga nada para defender a la Corona.

 Y todos esos ataques desde el propio Parlamento, aunque sus autores cobran de los Presupuestos Generales del Estado y han jurado lealtad al Rey y a la Constitución., se realizan ante el estupor y la indignación de los españoles que no admiten esta totalitaria ideología “progresista” que está tratando de destruir a España desde el propio Estado, su Constitución y la unidad de todos los españoles, además de querer destronar al Rey Felipe VI.

Todo esto constituye un “progresismo” de cartón piedra que destruye y no crea, desune y no une, arruina y no enriquece, promete y no cumple, miente y no acepta la verdad, niega así y no afirma el futuro de los españoles. Aunque hay que aceptar que los que sí han progresado son los miembros del Gobierno, sus adláteres, socios, amigos y demás beneficiados por el enchufismo, la prebenda y los nombramientos a dedo, tanto en cargos públicos, como con las concesiones de diversas subvenciones, como se ha puesto de manifiesto en el caso de Tito Berni.

Sigamos con la historia, citando a los dos años que gobernó la Reina Isabel II, llamado el Bienio Progresista (1854’1856), bajo la jefatura del Gobierno del general Espartero al que sucedió el general Prim, lo que le permitió a este último convertirse en el protagonista de la Revolución de 1868 que destronó a la Reina Isabel II y, a partir de entonces, comenzó el Sexenio Democrático. En 1869 se integraron los “cimbrios” (demócratas monárquicos que provenían del Partido Democrático que había nacido de una escisión, en 1858, del Partido Progresista y se transformó en el Partido Radical).

A causa del asesinato del general Prim en diciembre de 1870, cuando reinaba Amadeo I, el partido Democrático sufrió una escisión por parte de los moderados, comandados por Práxedes Mateo Sagasta. A su vez, el Partido Radical eligió su jefe a Manuel Ruiz Zorrilla y estuvo formado por los “cimbrios” (demócratas monárquicos) de Cristino Martos. Más tarde, en 1873, la escisión moderada se unió a la Unión Liberal, del general unionista Francisco Serrano, para formar el Partido Constitucional. cuyo líder fue dicho general, con Práxedes Mateo Sagasta como número dos de dicho partido.

Una vez que se produjo la abdicación de Amadeo I, en febrero de 1873, el Partido Radical apoyó la Primera República Española, pero ganó pronto el protagonismo el Partido Republicano Federal, aunque el Partido Constitucional participó en el golpe de Pavía, en enero de 1874, que puso el punto final a la República Federal, haciendo posible la república unitaria encabezada por el general Serrano y Cánovas como ministro en los gobiernos que se sucedieron a partir de entonces.

En 1874 se produjo el pronunciamiento del general Martínez Campos que fue la causa del final de régimen del general Serrano y favoreció la Restauración borbónica en España en la figura de Alfonso XII que llegó al trono en dicho año hasta 1885, año en el que falleció. A partir de que Alfonso XII fue proclamado rey, el Partido Constitucional se disolvió y Sagasta fundó el Partido liberal-fusionista que sería uno de los partidos monárquicos de la etapa del régimen de Cánovas. Sin embargo, Ruíz Zorrilla, a pesar de estar en el exilio, siguió sin descanso conspirando para intentar derribar la monarquía de Alfonso XII y la vuelta de la República.

Con la disolución del Partido Constitucional en 1874, se acaba el progresismo político en España en el siglo XIX y regresa en la democracia, en pleno siglo XX, representado en el Partido socialista Obrero Español.

Es el momento de hablar de la ideología progresista como tal. A la pregunta de cuáles son los principios que rigen este movimiento político se puede afirmar concisamente que el progresismo es una ideología situada a la izquierda del espectro político o diagrama de Nolan. Pero no es una ideología pura y exenta de otras ideologías, ya que también en su espacio se hallan otras tendencias también progresistas como son la socialdemocracia o el socialismo democrático. Aunque este diagrama permite una clasificación más ajustada y completa de las diferentes ideologías políticas.

En dicho ideograma izquierda/derecha, se sitúa la ideología progresista en el centro izquierda, situándose en posiciones intermedias hasta el centro que, en una escala del 1 al 10, se situaría del 3 al 5. En el caso de la socialdemocracia, más cercana al capitalismo, se situaría más al centro, pero si defendiera una mayor intervención y nacionalización de los medios de producción, entonces estaría situada más a la izquierda que al centro.

Por lo tanto, en dicho diagrama en el que existen cuatro ubicaciones ideológicas en forma de rombo además del centro político, el progresismo se coloca a la izquierda, por lo que tiene una ideología democrática que ofrece una gran provisión de libertades personales.  En contraposición, ofrece una escasa libertad económica. Por ello, defiende que el Estado intervenga en la economía como un posible mecanismo de control y regulación para disminuir las desigualdades económicas existentes.

Todas estas ideologías consideran que finalidad es el progreso, pero cada una de ellas tiene un concepto diferente de qué es y cómo conseguirlo.

La izquierda considera que su paradigma político es la búsqueda de un avance hacia la igualdad económica y social, así como la legalización de muchos derechos prohibidos o muy limitados por otras ideologías políticas como son la derecha o el centro político. Como ejemplo de dichos derechos negados o restringidos, se pueden citar la legalización del aborto el reconocimiento del derecho a la eutanasia, el derecho al reconocimiento de género, o la legalización del consumo de drogas, entre otros.

Es decir, el posicionamiento ideológico del progresismo se enfrenta en sus planteamientos al llamado conservadurismo, que es a lo que llamamos derecha, por lo que son sus posiciones completamente opuestas, ya que uno niega lo que el otro afirma. Un ejemplo es el proteccionismo contra el libre comercio, el sector público contra el sector privado, etc., como dos maneras opuestas de ver la realidad y resolver los problemas.

Esta diferencia no significa que en todo estén enfrentados el progresismo y el conservadurismo, porque hay también muchos aspectos en los que coinciden como son la defensa de la democracia, del territorio y de la justicia, en el sentido de la separación de poderes enunciado por Montesquieu.

En este caso se manifiesta una contradicción del progresismo que gobierna España desde 2018, En lo relacionado a la defensa de la democracia se advierte una incongruencia en el Gobierno que intenta acallar a periodistas críticos con su labor, lo que contradice el derecho a la libre expresión, reconocido por la Constitución, y con la oferta de nacionalización a extranjeros sin papeles para asegurar así el “voto cautivo”, haciendo una burla a la propia democracia que se manifiesta en la posibilidad que tienen los ciudadanos de elegir a quiénes quieren que les gobiernen, pero  que nunca puede ser el voto mercenario  comprado a cambio de algún beneficio de personas nacionalizadas rápidamente con ese fin torticero.

En cuanto a la defensa del territorio, por su apoyo manifiesto a los nacionalistas y separatistas vascos y catalanes, principalmente , y en su dependencia del Gobierno de los mencionados grupos políticos que quieren socavar la unidad del territorio nacional, a través de concesiones indignas a los movimientos separatistas para asegurarse su permanencia en el poder, es evidente la contradicción que ofrece esas concesiones y la excesiva tolerancia con los separatistas y sus reivindicaciones de autodeterminación que chocan frontalmente con la proclamada defensa del territorio nacional y su unidad en un solo Estado que reconoce la Constitución de 1978.

Además, el haber despenalizado el delito de sedición, deja indefenso al Estado para poder actuar contra de los grupos políticos que intenten una separación unilateral, creando así un marco jurídico para el futuro, más o menos próximo, que facilite dichas acciones contra la integridad territorial de España y puedan realizar dicha autodeterminación sin posible respuesta por parte del Estado. No sólo vulnera lo que dice la Constitución, sino que recibe el rechazo comunitario, porque contradice a lo expuesto en la Orden europea de Detención y entrega que contiene un catálogo de treinta y dos delitos, por lo que la entrega al Estado requirente es automática. En esta relación de delitos se hace mención expresa al delito de sedición que acaba de ser abolido en España y queda solo el delito de rebelión.

Otra incoherencia indiscutible sobre la supuesta defensa de la justicia que hace el progresismo , es la creación de Leyes sin los requisitos legales exigidos ni los informes preceptivos de los correspondientes juristas especializados en cada rama jurídica, por lo que vulneran los derechos de los ciudadanos que tanto dice defender, como ha sido la reciente Ley conocida popularmente como la de “solo si es sí”, que ha disminuido las penas de los agresores sexuales a más de 1.025 condenados por dicho motivo  y excarcelado  a más de 105 agresores (datos del  3 de mayo del presente año). Toda una desprotección de la mujer por parte de un Gobierno que se llama progresista y feminista, por ende, pero resulta ser quien facilita la puesta en libertad y reducción de las penas de los delincuentes sexuales con los peligros que ello conlleva para las ya víctimas que tienen terror y para las futuras agredidas sexualmente que puedan serlo por parte de estos delincuentes agraciados con las rebajas penales. Una hazaña propia de una ministra sin formación ni conocimientos que vayan más lejos de la licenciatura en Psicología. Todo un currículum para quien hace sus pinitos de jurista versada en Derecho Penal e ignorancia arrogante y soberbia. No se puede hacer más el ridículo y desproteger más a las mujeres por quien dice ser una feminista a ultranza.

El progresismo ofrece, teóricamente (la práctica lo contradice) una serie de características que expresan los principios que defiende y proclama y sus objetivos que se resumen en estos que siguen:

Economía mixta. Generalmente esta ideología acepta que las empresas privadas y públicas coexistan. Por lo que la producción económica depende, por una parte, del capital e iniciativa privados y, por otra, del capital público.

Redistribución de la Renta.  Para ello, el mercado distribuye la renta como consecuencia de su funcionamiento. Después, es el Estado el que tiene el deber de encargarse de hacer una redistribución, tratando de nivelar las desigualdades creadas por el mercado.

Este fin se realiza a través de cuatro criterios fundamentales: personal, territorial, funcional y sectorial. Fundamentalmente, la redistribución se realiza a través del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas,

Igualdad. Este el valor por excelencia de todas las políticas del Estado encaminadas a conseguir la igualdad de la población, tanto en lo que se refiere al nivel económico como social. Para ello, la libertad queda como un valor secundario con respecto al de igualdad.

Sin embargo, desde la perspectiva feminista, la igualdad que se busca es la de entre los dos sexos. Aunque cuesta creer que las mujeres, en España y actualmente, tengan que estar peleando por una igualdad conseguida hace muchos años y sin tanto bombo y platillo como el que le están dando el feminismo extremo a esta supuesta lucha y fuera de la realidad actual.

Las mujeres actualmente podemos ejercer cualquier profesión u oficio, estudiar la carrera que elijamos, sin cortapisas. La Universidad tiene más número de alumnas que de alumnos, pues en España, con datos relativos al año 2020, era de un 54,1%, de mujeres, y el 45,9% el de hombres graduados universitarios y. Los expedientes académicos femeninos son más brillantes que los masculinos., esto no es una opinión sino lo demuestran las estadísticas Y no hay que olvidar que En la Unión Europea el número de graduados superiores entre las mujeres es superior al de los hombres, exceptuando Alemania y Grecia. Alemania es el país europeo con menor número de mujeres graduadas en estudios superiores y no es un país tercermundista, precisamente,

Pero entendiendo la igualdad en todos los ámbitos personales de cada ciudadano, para defender ese propósito igualitario de todos los españoles, según el criterio progresista, se creó un Ministerio de Igualdad en España, primero en abril de 2008 y, por segunda vez, en enero de 2020, con la llegada al poder de Pedro Sánchez y sus socios. Extraña la creación de un Ministerio para fomentar la igualdad, cuando el Art 14 de la constitución española afirma esa igualdad en los siguientes términos: “los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.  

Ante este Artículo citado, cabe preguntarse, teniendo como garante de la igualdad la propia Constitución, qué falta hacia crear un Ministerio que, en sus disposiciones o Leyes propuestas y aprobadas, no puede crear ningún otro mecanismo legal que pueda velar más y con más garantías por la igualdad que el mencionado precepto constitucional. Se advierte esta creación ministerial innecesaria como una fórmula de darle el puesto a una mujer (no podría ser de otra manera) pareja de un miembro del Gobierno que, además, es una feminista a ultranza. Todo ello lleva consigo la creación de Direcciones Generales, Subdirecciones, y otros Organismos dependientes de dicho Ministerio, con el consiguiente aumento del gasto público que tendremos que pagar la mayoría de los españoles con la subida de Impuestos correspondientes, sin que dicha creación ministerial haya tenido utilidad alguna ni aumentado el nivel de la igualdad para los españoles, sino todo lo contrario, con respecto a las mujeres, por la ya dicho anteriormente con respecto a la Ley ya citada y conocida como la del Sólo es sí, si es sí,  que lamentamos todos, sobre todo las españolas, que solo consideramos al mencionado Ministerio de la Igualdad prescindible e innecesario, pero costoso e ineficaz.

Este aumento del gasto es muy poco progresista cuando del mismo no se consigue nada productivo para la sociedad española y solo aumenta la deuda pública. Hay que tener en cuenta que el progresismo es muy aficionado a aumentar el número de funcionarios, muchos de ellos sin función alguna, pero sí con sueldo. Es fácil comprobar que es cierto la afirmación que hago mas arriba, pues en 2023 hay en España 3.526.200 a funcionarios o empleados públicos que se reparten entre el sector público estatal, autonómico y municipal. Siendo el sector público autonómico el que tiene mayor número de trabajadores, seguido por el sector estatal y, por último, el sector municipal. Es decir, más de tres funcionarios autonómicos por cada uno estatal.  Las 17 Comunidades están demostrando que son muy generosas en crear empleo público para bajar las listas del desempleo de su respectiva Comunidad y convencer así a sus habitantes de que son muy buenos administradores y crean riqueza en el territorio de su competencia con la creación de los consiguientes puestos de trabajo que rebajan la lista de desempleados y endeuda más al Estado y, por ende, a los españoles.

. El 17% de más 20.452.800 españoles con ocupación laboral son 3.526.200 que son empleados públicos.  El costo total de los funcionarios, con datos de 2020, es de 140.400 millones de euros anuales que habrán aumentado considerablemente hasta este año, Y toda esta astronómica cifra es a costa de los Presupuestos Generales del Estado. Toda una forma clara y cínica de simulación de una estabilidad laboral artificial y falsa, que costeamos todos los que pagamos impuestos.

De  ese objetivo igualitario proviene el esfuerzo continuado de este Gobierno de acabar con la clase media, en un  intento manifiesto de igualar económicamente  por lo bajo a todos los ciudadanos, sin tener en cuenta los méritos, capacidad y conocimientos, premiando así la mediocridad, la falta de horizontes de muchos jóvenes y otros que no lo son tanto, ante el rasero que no busca la excelencia en los estudios ni en el trabajo, y apuesta porque nadie sobresalga, ya que todos tenemos que ser “iguales”, social, económica e intelectualmente. Y hasta moralmente, ya que el único discurso posible en esta sociedad igualitaria es el “políticamente correcto” y no solo en el ámbito político, sino en el social, económico e ideológico. Debe de ser por eso que se paga a un recién licenciado universitario menos que a una empleada de hogar, aunque la diferencia de conocimientos y aptitudes está fuera de toda duda.  

También se iguala a lo bajo a las familias numerosas (3 hijos o más), de las que hay 1,3 millones así calificadas con respecto a las que no lo son, pues las ayudas económicas a estas familias han quedado reducidas a 1.200 euros al año para cada familia numerosa general y 2.400 para la especial. Es decir, 100 o 200 euros mensuales, o desgravación de dichos importes en la Declaración de la Renta, según sea el caso. ¿Es esto progresismo? O quizás, piensa el Gobierno que le sale igual económicamente (por eso de la búsqueda de la igualdad) a una familia criar y educar a tres o más hijos que a la que tienen uno o dos solamente. Es la negación de toda igualdad, pues ésta solo puede existir cuando las soluciones a problemas desiguales deben ser desiguales en la misma medida o proporción.

. Justicia social: Los llamados progresistas entienden este concepto en cuanto la obligación del Estado de proveer los servicios públicos necesarios y fomentar las iniciativas para alcanzar esa justicia social buscada en todos los aspectos de la vida de los ciudadanos.  Siendo a los más importantes ámbitos donde se busca la justicia social en la vivienda, educación, justicia social, laicismo y democracia. Vamos a comentar todos y cada uno de esos aspectos:

En cuanto a la vivienda acaba de ofertar el Gobierno, con vistas a las elecciones, 50.000 viviendas para alquiler social y asequible (suman ya 160.000 las ofertadas por este Gobierno antes y ahora y todavía no se han visto hechas realidades y tardará en llegar a hacerlo, porque no sabe de dónde las sacará), Algunas de esas viviendas sociales proceden de los fondos buitres (Sareb) en condiciones pésimas y en lugares no demandados. Pasarán años antes de que esas viviendas prometidas sean una realidad, en todo o en parte, y mientras estén cerca las elecciones como sucede ahora, el Gobierno queda muy bien de cara a la galería.

Por otra parte, el Gobierno quiere aprobar un Decreto que legalice la ocupación, vulnerando así el derecho a la propiedad privada que consagra la Constitución. Es decir, el problema de la vivienda social, quiere traspasarlo, en una gran parte, a los particulares que tienen dos o más pisos comprados y pagados con su trabajo, para que hagan de oenegés improvisadas y obligatorias para que paguen las consecuencias con su patrimonio, mientras el Gobierno se felicita por su política de la vivienda que está dando casa a quienes no la tienen, a costa de quienes sí la tenían y pierden su posesión por los okupas. Con el agravante de que muchos de estos okupas lo son gracias a las mafias organizadas que les indican dónde, cómo y cuándo pueden hacer la ocupación, previo pago de los okupas a los mafiosos por dicha información y hasta le hacen un supuesto contrato de alquiler, falso a todas luces.

El problema se está desmadrando y ahora optan más por ocupar edificios completos y vacíos que viviendas singulares. Todo esto con amenazas, agresiones, robos, insultos y demás agravios por parte de los okupas hacia los vecinos y sin que la Policía pueda intervenir si no es con una orden judicial. El promedio de duración de la ocupación de una vivienda en España, hoy, es de unos 18 meses, en los que el dueño legal no puede usar su vivienda y tiene que pagar los gastos de los suministros de los okupas, ni tampoco les puede cambiar la cerradura si no quiere ser denunciado por los okupas.

Esto parece increíble que suceda en un país civilizado y “progresista” como es España. El problema es muy grave para quienes lo sufren, o lo puedan sufrir en el futuro, aunque algunos lo minimizan o niegan. En 2022 se produjeron 16.726 ocupaciones ilegales, con un promedio de 46 diarias. Y como les deben parecer pocas las casas ocupadas, al Gobierno progresista, éste ha anunciado que hará un Decreto legalizando la ocupación de una vivienda que es propiedad de un ciudadano que paga sus impuestos y que se ve indefenso ante esa usurpación ilegítima de su derecho de propiedad y obligado, por si fuera poco, a pagarle   los diversos suministros a los que han ocupado su casa y vulneran la Ley y los derechos de los ciudadanos honrados. si no quiere ser denunciado por los okupas.  Es decir, que un acto que es ilegal hasta la fecha se intenta legalizar para así darle cobertura legal a una apropiación indebida de un bien ajeno y dejar sin defensa alguna a los legítimos propietarios. Todo antes que facilitar la desocupación de los delincuentes que se apropian de lo ajeno.

Esto está sucediendo en un país con un Gobierno progresista que libera a condenados por abusos sexuales, se rebaja las penas a los malversadores, se deja impune el delito de sedición al eliminar el Art. 544 del Código Penal, se permite la corrupción como la del caso del tito Berni, sin que se hayan producido ceses o dimisiones, se permite de ocupación ilegítima de viviendas, delito al que quieren legalizar, etc., Estos son los resultados de las políticas progresistas, por citar sólo a unos pocos.

Sigamos con el disparate legislativo:

En los que se refiere a la educación y a su fomento, hay que señalar que se han ido quitando, progresivamente en las legislaturas progresistas, todas las asignaturas humanísticas del Bachillerato y, dejando solo las científicas o consideradas “útiles”, y por otro, se ha añadido la Educación Sexual Integral (ESI) que es mucho más importante, a juicio de los progresistas, que estudiar Historia, Filosofía, Literatura, Historia del Arte, Geografía, etc.

La educación sexual no es una asignatura, sino un espacio en el que se desarrollan programas educativos sobre los diferentes aspectos de la sexualidad: psicológicos, físicos, emocionales y sociales.  La enseñanza se inicia en la educación primaria hasta finalizar la enseñanza secundaria.  Pero a pesar de la poca definición del programa de educación sexual, ya que no existe ninguna disposición legal que exponga el programa o método para impartir estos conocimientos, y solo en Secundaria los alumnos obtienen algunas nociones de sexualidad en la asignatura de biología, se deja aplicarla a la carta, según el criterio de las diversas Comunidades y/o de los centros educativos.

Desde la aprobación de la llamada Ley del Aborto (Ley Orgánica 1/2023, de 28 de febrero, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de interrupción del embarazo, la educación sexual, será obligatoria en todas las etapas de la educación primaria y secundaria (desde los seis a los dieciséis años).

. Esta falta de enseñanza reglada y al arbitrio de las Comunidades Autónomas y Centros Educativos, unida a la curiosidad suscitada en los niños y adolescentes por el tema sexual (no hay que olvidar que estamos en una sociedad hipersexualizada) se está fomentando el consumo de pornografía en niños de todas las edades, a partir de los ocho años, y menos aún, y adolescentes con el peligro indudable que ello conlleva. La mayor parte del acceso a la pornografía por menores se realiza a través de internet

 Toda esta contradicción en ofertar una formación sexual, por un lado, y en la ausencia de un rigor académico en su puesta en práctica y adecuada a las edades, pone en evidencia que los propósitos progresistas son muchos, pero la mayoría se queda en una mera intención sin que se cristalicen en resultados.

Habría que definir cuáles son los valores más importantes para transmitir a los menores que aún no han llegado a la pubertad y no tienen todavía conciencia de la sexualidad. Este nuevo enfoque de prioridad de la educación sexual, desarbolada y sin un planteamiento definido, sino a la carta en cada colegio o Comunidad Autónoma, ya ha sido puesto en evidencia de su peligro, por varias violaciones en grupo sufridas y llevadas a cabo por menores también, sucesos que han salido en la prensa en los últimos meses.

Esto se explica por la expectación creada por la ESI, entre los niños y adolescentes, no correspondida con una enseñanza reglada y sí dejada al arbitrio del gobierno autonómico o la junta escolar, que ha creado una confusión entre los propios alumnos que oyen hablar de algo que no se les explica con un enfoque académico y riguroso, sino improvisado y caótico y, por ello, buscan la información que no les dan en los colegios e Institutos  en la pornografía, lo cual es mucho más peligrosa que la ausencia de educación sexual o llevada a cabo de forma no articulada por especialistas .

La educación sexual es muy importante para los seres humanos, pero en la edad adecuada y no a partir de los seis años. También es muy importante que conozcan la Historia, la Filosofía y sus más importantes autores y escuelas, la Literatura, la Historia del Arte, la Gramática que tanta falta hace a los estudiantes para no llegar a la Universidad con terribles faltas de ortografía, según los profesores universitarios ponen de manifiesto. Es decir, la educación debería ser íntegra en el aspecto humanístico en todo estudiante, porque sí es importante saber resolver una ecuación, también lo es saber escribir correctamente en el  propio idioma, incluso antes de empezar a estudiar otra lengua; conocer la Historia para saber  cuáles son sus orígenes, aprender a pensar con lógica a través de los más importantes  filósofos de todas las épocas; conocer y leer a los más grandes autores de la literatura Universal, y a los geniales artistas y sus obras en la Historia del Arte. Así no seguirían saliendo de la Universidad licenciados que sean analfabetos funcionales, por no saber escribir correctamente, y tampoco  tener más conocimientos  que  los de las asignaturas obligatorias en su respectivas carreras, con una ausencia total de afición a leer (excepto una minoría que, por serlo, es poco ilustrativa) y con un desconocimiento vergonzoso de la cultura humanística que ha heredado al nacer en un país como España,  a la que ignora por considerarla innecesaria , gracias al sistema de enseñanza recibida, de acuerdo con los cánones progresistas.

Sería conveniente que los legisladores que crean los diversos programas de estudios leyeran a Nuccio Ordine, filósofo italiano, estudioso del conocimiento   como esencia de la comunicación. y Premio Princesa de Asturias de Humanidades 2023, especialmente su ensayo La utilidad de la inútil, publicado en España en 2013, en el que estudia muchas de las ideas sobre los temas educativos que hoy se discuten en Europa. En dicha obra, Ordine respondía a ese ethos de la supervivencia utilitarista de la terrible crisis económica de 2008-2013 y reivindica el conocimiento como la única manera de hacer digna la experiencia humana.  Sobre todo, definió la controversia que existe sobre la educación y demuestra que muchas de las ideas supuestamente progresistas tienen un efecto totalmente contrario al deseado. Para este filósofo, el abandono de las disciplinas clásicas lleva a una sociedad de consumidores sumisos y resignados a una nueva proletarización, en la que el rasero de la baja cultura es el nexo común de los ciudadanos que están indefensos ante los abusos de poder y, pro ello, dóciles a seguir las directrices por un gobierno progresista que solo hace progresar a sus adláteres, socios y camarillas.

Este concepto equivocado de qué es la educación, es lo que ha propiciado las reformas continuas y progresistas del sistema educativo que han tenido un resultado adverso a las pretensiones y han venido a ser un absoluto fracaso y, de ahí, los continuos cambios de los sistemas educativos.

Justicia social:  Está basada en la igualdad de oportunidades y en el respeto a los derechos humanos, pero con un concepto más extenso y que va más allá de la justicia legal.

 Otra Ley progresista es la Ley de la Transexualidad, de 23 de febrero de 2023, que permite a los menores de edad el derecho a la autodeterminación de género, así como se le reconoce los mismos derechos que al resto de los ciudadanos a las personas LGTBI.  Con esta Ley no se necesitarán informes médicos, ni testigos ni pruebas para que una persona trans cambie la mención de su sexo a partir de los catorce años si va acompañado de sus padres o tutor legal. De tal forma que podrá solicitar la persona interesada el cambio de sexo en el Registro Civil y ratificarlo, a los tres meses, ante dicho organismo.

Esta Ley está creando problemas desde su aprobación, porque supone una discriminación hacia las mujeres, como así han manifestado muchas feministas, y también tiene en contra a todo el colectivo LGTBI porque no resuelve el problema de que las parejas de homosexuales masculinos y femeninos puedan adoptar niños por el método de la  gestación subrogada, que es  mayormente utilizado por las parejas homosexuales,  pues esta posibilidad sigue siendo ilegal en España, tema este no resuelto por dicha Ley. En la práctica está demostrando que está creando más problemas que los que soluciona y generando nuevos debates sobre su eficacia y oportunidad, además de denuncias recientes por los daños sufridos por algunos menores que se convencieron de que querían cambiar de sexo y sus efectos ya son irreversibles.

Laicismo: El logro de conseguir la laicidad del Estado, entendida como la separación y plena autonomía del Estado frente a la Religión, fue un sueño durante siglos que se hizo realidad cuando la Ilustración, en el siglo XVIII, fijó la conveniencia de que ambos, Estado y Religión, se desligaran completamente. Kant estableció la autonomía del canon ético y la Revolución Francesa intentó llevarla a la práctica política.

Fue el liberalismo español quien la hizo resurgir durante la República y la convirtió en su enseña. Sin embargo, se llegó a confundir la laicidad con el anticlericalismo con los terribles resultados que se pusieron de manifiesto en la II República. Este error al confundir la laicidad con el anticlericalismo todavía sigue formando parte de las herencias ideológicas de la izquierda española, de la que una gran parte es reacia a aceptar la bondad de la laicidad sin separarla previamente de las construcciones ideológicas de carácter pseudorreligioso.  Sin embargo, estos primeros triunfos del laicismo no fue una opción bien vista por todos los españoles, pues en el pleno siglo XX vivimos el nacionalcatolicismo bajo el régimen de Franco y una gran mayoría de españoles lo aceptaban gustosamente por ser afín a la tradición católica española secular.

En los años sesenta del pasado siglo XX, Roger Garaudy, manifestaba el carácter sustitutorio de la religión que había adquirido el marxismo en Europa. Felipe González renunció al marxismo, en 1979, demostrando así una evidente opción por la laicidad. Después, Xavier Zubiri, (alumno de Ortega y Gasset) definió al hombre como un ser religado. Para este pensador, la religión posee una dimensión sistémica del ser humano como fundamento radical. Esta afirmación pone de manifiesto lo que se observa en todas las culturas que es la pulsión de todo ser humano por aceptar lo religioso como un elemento necesario para dar sentido a su existencia

A pesar de todo lo expuesto y aunque parece contradictorio, es en el seno de las ideologías progresistas donde se advierte más claramente el fenómeno religioso en sus exposiciones y en sus comportamientos. La izquierda utópica y milenarista es la que tiende a proveerse de dogmas, creencias y emociones inalienables. El progresismo que se pretende en medio mundo, actualmente, es una religión de sustitución que impide aplicar la laicidad a la política. Precisamente es la izquierda progresista la que se niega a aplicar la laicidad como principio coordinador de la política y, aunque es anticlerical, respalda una religión de sustitución. La política española actual nos demuestra, fehacientemente, que el progresismo pseudorreligioso está patente entre nosotros, cuando se oye decir continuamente la palabra “progresismo” en boca de Pedro Sánchez, convertida en una especie de mantra que justifica toda su política y la de los diferentes partidos de izquierda que son sus socios en el Gobierno. Este término “Progresismo” ha sustituido a los de socialdemocracia o nacionalismo

El pensador nazi y creador del decisionismo Carl Smitt, afirmaba que, en el tejido de todas las ideologías políticas, se encontraban elementos de la teología como construcción ideológica perfecta. Por eso en el progresismo, como toda religión, contiene todos los más importantes elementos de una religión de sustitución. Y esto se observa en los siguientes datos: Es una religión de futuro que se basa en una necesaria redención del pasado; ofrece la salvación de los justos, o sea aquellos que siguen las directrices y dogmas expuestos por quienes son los oficiantes de la voluntad del Señor, No existe salvación alguna fuera del progresismo y aquellos que son disidentes o incrédulos son calificados de fascistas o rechazados con desprecio.

No hay que dudar de que Pedro Sánchez es el que se ha autoproclamado como “Señor” o “Salvador “y es quien determina qué es progresista y qué no lo es. independientemente de lo que demuestre la realidad.  Y, según esta doctrina, lo que obstaculice la victoria del progresismo se debe a fuerzas ocultas que son la causa de la pandemia, la carestía de las energías, la sequía, etc.,

La quiebra de la laicidad no afecta solo a la Religión, sino que es la muerte de las democracias liberales. El progresismo es la nueva religión que rechaza frontalmente la laicidad del Estado y de la política. Pero, sobre todo, es una ideología del resentimiento que busca la redención (y la venganza por la derrota sufrida en el siglo pasado durante la Guerra Civil) con el giro absoluto del sistema de valores.

Democracia, El progresismo defiende la democracia como forma de gobierno y la existencia del pluralismo político.  La democracia se basa en los principios de participación, organización social, solidaridad, respeto a la diversidad, igualdad y equidad.

Libertades personales como son la legitimación y defensa del matrimonio homosexual, el cambio de género, la eutanasia o la despenalización de las drogas, son algunas de los derechos y libertados que defiende el progresismo.

En cuanto a la inmigración tiene una actitud de permisividad y tolerancia que choca muchas veces con la legalidad, como es el hecho de naturalizar español a los recién llegados que senes descendientes de españoles, cuando a otros hispanoamericanos que llevan años con permiso de trabajo y residencia en España tienen que reunir una serie de requisitos, pasar un examen y superarlo para solicitar la nacionalidad española

Algunas de estas características señaladas del progresismo no solo los ostenta dicha ideología, ya que el liberalismo también comparte la defensa de las libertades personales, el laicismo, o la inmigración, aunque no desde la tolerancia excesiva que tiene el progresismo y que trae infinitos problemas como demuestra la realidad continuamente por el efecto llamada y la que dijo Sánchez al principio de su mandato “Sanidad universal” ·. El Decreto que dio cobertura legal a esta afirmación fue El Real Decreto Ley ha /2018 que aprobó acabar la exclusión sanitaria. A partir de entonces, Cada Comunidad ha sido la encargada de regular el acceso a la asistencia sanitaria de forma tan diversa que la desigualdad y la exclusión, que se intentaba suprimir, se han adueñado en gran parte del territorio nacional. Una vez más, los propósitos progresistas consiguen un efecto contrario al buscado.

Por ese motivo, la Seguridad Social no puede atender adecuadamente ni a españoles ni a inmigrantes por la saturación que desborda los Centros de Salud y Hospitales. Todo un gesto de imprevisión de un gobierno progresista para asegurarse el “voto cautivo”, mientras el pueblo español se encuentra cada vez más asfixiado de impuestos, con los precios más caros, y más desatendido en  su propio país que se ha convertido en el camarote de los Hermanos Marx ,  del que se van a tener que ir los españoles de origen para que puedan entrar y quedarse los descendientes de esos españoles que llegan a parada y fonda con todos los derechos que se les niega a los españoles.

Pero, sobre todo, es escandaloso el hecho de los que están viniendo a España inmigrantes por el ofrecimiento de la nacionalización exprés que le hace el Gobierno para conseguir, de cara a las elecciones próximas, el voto agradecido de quienes eran extranjeros, hace unos días, y ahora ya son españoles. Esa generosidad por parte del gobierno progresista solamente lo recibirán en la nacionalización rápida y contraria a Derecho. Después, cada nuevo español tendrá que buscarse la vida o ponerse en la cola de los comedores y albergues sociales. La generosidad del progresismo no llega nada más que hasta las elecciones.

Tendrían que opinar los extranjeros aún no nacionalizados que tienen permiso de residencia y trabajo en España desde hace años y aún no han conseguido la nacionalidad española, a pesar de estar trabajando y pagando sus impuestos, alquileres. comidas, colegios y suministros sin más ayuda que la que proviene de sus trabajos. Ya están avisando a sus compatriotas que no hagan caso de ese llamamiento interesado del Gobierno español, porque después de votar se encontrarán con dificultades que el Estado no podrá resolver por falta de medios y de voluntad. El dinero está para atender otras necesidades más urgentes que siempre, curiosamente, están en los países latinos.

Para finalizar hay que tener en cuanto los datos económicos de España para hacerse una pregunta al final de esta sucinta relación final:

La Deuda pública española   es 1.520.005 de millones de euros (datos del Banco de España de febrero de 2023). Lo que supone un aumento del gasto de 30.208,11 millones con respecto al mes anterior.

. En 2017, cuando estaban los populares en el Gobierno la, Deuda Pública española era 1.183.412  millones de euros., lo que significa que ha aumentado un 28,44% en los casi seis años que han transcurrido y que se traduce en 336.593 millones de euros más de endeudamiento del Estado español. Esto significa que cada español debemos por la Deuda Pública 31.556 euros (datos de 2022).

Pero mientras la Deuda Pública sube de forma exponencial. El PIB (Producto Interior Bruto) en 2017 fue de 1.162.492 millones de euros. Mientras que en 2022 fue de 1.327.108 millones de euros.  Supone un aumento de 164.517 millones de euros en cinco años, a pesar de que la Deuda Pública aumenta 30.208,11 millones de euros en un solo mes. La diferencia numérica y proporcional es evidente a todas luce Y. negativa en relación con el PIB. Se gasta más y pre produce menos.

En cuanto al número de trabajadores ya se ha mencionado anteriormente que son más de 20.452.800 las personas que tienen trabajo, frente a 3.127.999,97 de parados El porcentaje del paro es el 13,27%.

El futuro del progresismo en España es el mismo que ha tenido en países del continente americano. Y dicho futuro se cristalizará en el resultado de las próximas elecciones por el voto de los españoles. Antes de votar cada ciudadano tendría que preguntarse si España necesita al progresismo, o si es el progresismo el que necesita a España como campo de experimentación, aunque el resultado sea el mismo de siempre:, una crisis económica creciente, una Deuda Pública que aumenta sin cesar y a velocidad peligrosa, por estar  cada vez más cerca de ser intervenida la economía española  por la UE; y, como no puede ser de otra manera, será un desastre como el que el progresismo ha dejado en todos los países de Centroamérica y Sudamérica donde ha gobernado y de los que ha sido expulsado sin miramientos., hartos de promesas incumplidas y de proyectos irrealizables.

Toda idea política de este tipo siempre está llamada al fracaso, ya que sus metas, propósitos y medios no se ajustan a la realidad, pero siguen empecinados en el error hasta que la fuerza de los acontecimientos los obliga a abandonar el vano intento de cambiar el mundo de acuerdos a sus utopías que demuestran, una y otra vez, que son ineficaces, erróneas y fuera de la realidad. Pero cuando abandonan su empecinado intento, el país que dejan está arruinado y su escala de valores trastocada.

Esto último trae a la memoria la anécdota de Stalin cuando le decían sus colaboradores que sus planes o proyectos eran imposibles de llevarlos a cabo ya que no se ajustaban a la realidad. Stalin respondía sin inmutarse: “Pues se cambia la realidad”.

Esto es lo que intenta el progresismo: cambiar la realidad, pero como es imposible, en muchas ocasiones, se fuerza la realidad, se la maquilla, se la disfraza y se la presenta en el papel (no en el plano real porque es imposible hacer posible lo que no lo es por las circunstancias que se dan en el supuesto concreto) pero completamente irreconocible y falsa en todo o en parte.

Por ello, a la pregunta si España necesita el progresismo, habría que responder   un rotundo no. porque este hermoso país repleto de contrastes, de historia, de arte, de buena gente, no lo necesita, España necesita y merece algo mucho mejor, más leal, más fiable, más realista, más respetuoso con nuestra cultura, con nuestras tradiciones, con nuestras diferencias y con todo lo que nos hace ser españoles y estar orgullosos de serlo.

A España no le hacen falta los traidores al Rey, a la Constitución, al Estado de Derecho y a la Democracia, que instauró la Carta Magna de q978.  Todos los que no estén de acuerdo e intenten cambiar la realidad española son lo que sobran, los únicos que, de verdad, tienen que ser cambiados, expulsados, cesados, destituidos y puestos a disposición de la Justicia.

Ahora los ciudadanos estamos llamados a las urnas y tenemos que decir la verdad, con nuestros votos, sobre lo que pensamos del fallido progreso que nos ha traído este Gobierno, ya que mentiras hemos oídas muchas y todas llevan el marchamo “progresista”. Esta ideología que ha fracasado en todos los países donde intentó cambiar la realidad para hacerla acorde a sus ideas utópicas y a su ineficacia, las que, como era de esperar, los llevó a la ruina.

Todo esto se puede resumir en una frase falsamente atribuida a Mario Vargas Llosa que dirigía a los socialistas y que el Premio Nobel de Literatura ha negado que les haya enviado a dichos destinatarios. Sin embargo, define muy bien la situación política y social de los países a los que se cita en dicha frase”: A todos los socialistas les deseo; la abundancia de Venezuela, el salario de Cuba, la justicia de China y la libertad de Corea del Norte”.

Pero esas son otras historias, en lo que respecta a los países hermanos, de las que hablaremos en la próxima actualización.

 

 

 

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