Tradufctor

AJUSTANDO CUENTAS




Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno

            En los pocos meses del gobierno de Rajoy se han producido más cambios económicos, en cuanto a los ajustes necesarios y siempre impopulares para afrontar la escalofriante crisis en la que está sumida España, que en los años de gobierno del PSOE, época en la que no sólo no se aceptaba la realidad galopante de la crisis durante mucho tiempo, sino que tampoco se hizo ningún intento sensato, eficaz y adecuado a las circunstancias para poder atajar la hecatombe financiera que suponía la alarmante cifra de cinco millones y medio de parados y un déficit presupuestario que superaba todas las previsiones.

Alfredo Pérez Rubalcaba, Secretario General del PSOE.
            La subida del IRPF, el cambio introducido en el derecho laboral, flexibilizando la contratación y despidos, adaptando las leyes laborales a las circunstancias reales y no a los deseos, ajenos a la realidad terrible y paupérrima en la que estamos abocados, situación anterior cuyas consecuencias han llevado a muchas medianas y pequeñas empresas a la ruina; el control y frenazo del gasto público y del déficit, además del recorte en materia de sanidad, educación, etc., han creado un clima de malestar entre muchos ciudadanos bienintencionados y utópicos que parecen pensar que cuando llegan las vacas flacas no hace falta nada más que reconocer la pésima situación, pero sin tener que hacer ningún sacrificio para atajarla y poder seguir disfrutando de todos los privilegios y derechos. Naturalmente, el PSOE, siempre a través de la meliflua y siniestra figura de Rubalcaba a la cabeza, con la carga de cinismo que le caracteriza, quiere hacer creer a la opinión pública que los recortes, ajustes y medidas tomadas por el Gobierno de Mariano Rajoy son innecesarios y que “hace falta hacer una política de crecimiento”, aunque nunca explique en qué consiste la misma, a sus preclaras entendederas, y por qué no la llevó a cabo cuando gobernaba para no dejar a España en la situación calamitosa en que la recibió el Gobierno de Rajoy; además de entregar las cifras públicas falseadas y ocultando el verdadero y monstruoso montante del agujero negro que los socialistas dejan siempre que pasan por el poder político, socavando las estructuras económicas de los países que tienen la desgracia de llevar a sus gobiernos a tan prometedores necios e ignorantes administradores, como ha demostrado la experiencia reciente de muchos países occidentales en los que la plaga socialista ha dejado su triste impronta de bancarrota y desastre económico.
            Naturalmente, ese “sacar dinero de donde sea”, eslogan mantenido también por Tomás Gómez, significaría seguir con el derroche sin límite, el insostenible endeudamiento público que ha caracterizado la política del PSOE, con las consecuencias que todos conocemos, mientras los sindicatos que recibían 4.000 millones de euros de financiación, se frotaban las manos y callaban ante la destrucción sistemática y continuada de puestos de trabajo y las condiciones laborales  cada vez más precarias, porque, entonces,  cuando cobraban para que “fueran buenos chicos”, callaban y aceptaban sin rechistar y sin salir a la calle en una huelga general como la del 29 de marzo pasado que fue un rotundo fracaso aunque los sindicatos afirmaran, sin mucho convencimiento pero sí con mucho cinismo, que había sido todo un éxito, aunque sólo la secundaron los propios sindicalistas y no los ciudadanos hartos ya de aguantar el discurso trasnochado de la izquierda siempre inoperante para tomar soluciones oportunas y drásticas que exige el difícil momento actual, pero  siempre dispuesta a impedir que otros grupos políticos con más coherencia, eficacia y compromiso con el bienestar del país,  a pesar de los inevitables sacrificios, saben y pueden llevar a cabo como está haciendo el gabinete de Rajoy, pero aceptando éste desde el principio y anunciando que los beneficios son a medio y largo plazo, en ese mismo ejercicio de coherencia que define al buen gobernante que no quiere mentir al pueblo que hasta ahora sólo ha recibido mentiras y falsas promesas de quienes llegaron al poder para “tirar la casa por la ventana” y cuando no quedara nada que destruir, se podría parcelar el territorio estatal en varias porciones para repartir entre sus aliados mercenarios.
        El rescate de Bankia por el Estado y la aprobación por el Consejo de Ministros  ayer, 11 de mayo, una nueva reforma financiera que exige al sector 30.000 millones de euros más en provisiones por su exposición al crédito promotor (es decir, a la construcción, o sector “ladrillos”) ha sido respondido por  la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), organismo que ha dicho que comparte el objetivo del Gobierno de despejar las dudas sobre la fortaleza de los balances de las entidades y ha confiado en que la evaluación de los activos del sector confirme su solidez patrimonial.

Bandera de la CEE.
            A todo esto se suma las fluctuaciones de la bolsa que parece recoger la inquietud de que Grecia salga de la zona del euro, propiciando un desplome generalizado en todas las bolsas europeas hasta que se pueda determinar con seguridad el alcance de la situación griega y los posibles y definitivos derroteros que tome este espinoso asunto. La prima de riesgo española sigue alcanzado valores de más de 450 puntos, aunque en la Comunidad Económica Europea se alaban los recortes presupuestarios y demás ajustes del Gobierno de Rajoy y se hace hincapié en un tema tan importante como son las Comunidades Autónomas y la necesidad de la absoluta limitación y control del gasto, por ser España un reino de taifas, 17 en total, que supone una sangría insostenible para la solvencia económica del país. Las cifras que se han publicado del endeudamiento de las CCAA son disparatadas, advirtiéndose los gastos faraónicos de obras y servicios que han quedado muchos de ellos inutilizados después de haberse hipotecado las distintas Comunidades en unos dispendios que son inconmensurables y descontrolados y que han propiciado ejemplos esperpénticos, además de terrible, como el del pueblo de Pioz (Guadalajara) con 3.500 habitantes y una deuda de 16.000.000 de euros y que está acogido al Plan de Pago a Proveedores, con lo que es como si cada vecino debiera 4.500 euros. La deuda parece provenir del “sector ladrillos”, durante el mandato del alcalde anterior, del PSOE, Emilio Rincón, de cuyo mandato aparecen facturas presentadas a los medios de comunicación, y entre las que hay dos que destacan especialmente: la primera, por valor de 2,3 millones de euros, para la piscina municipal; y la segunda, que  alcanza los cinco millones de euros que se refiere a la construcción de una depuradora y un punto limpio apta para una ciudad de 300.000 habitantes cuando sólo cuenta con 3.500..  Es decir, presupuestos millonarios para una pequeña localidad que ha hipotecado su futuro para los próximos ¡7.000! años, movida por las ansias faraónicas de todo “nuevo rico”, algo muy común en la mentalidad socialista que propone siempre como “acertada” política económica a seguir la de “tirar la casa por la ventana” hasta que se caiga abajo, porque de esa forma se “reactiva la economía”, endeudándose hasta las cejas, no pagando obras y servicios e ir trampeando hasta que los votos les echen a gorrazos y vengan los nuevos gobernantes a resolver el problema de ruina nacional que han ocasionado y a los que, sin duda, después darán continuas clases de economía, gestión y creación de riqueza nacional en un gesto continuo de cinismo, incompetencia y sarcasmo a lo que nos tiene tan acostumbrado el PSOE.

Banderas autonómica
            Por este motivo, el Gobierno de Rajoy, a través del Ministerio de Hacienda, ha advertido a las diferentes Autonomías que la que no cumplan con la senda de consolidación presupuestaria, es decir, que incumpla sus límites de déficit público pueden ser intervenidas aunque cree que no será necesario. En caso de ser intervenidas no supondría la suspensión de su autonomía, aunque sí puede suponer la disolución de los ayuntamientos que no cumplan con el plan de ajuste presupuestario.
Antonio Beteta
            El Secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, recalcó que las posibles intervenciones no supondrían "eliminar la autonomía de las comunidades autónomas",  sino que sería una "ayuda" por parte de expertos para que estas administraciones tomaran las medidas oportunas para poder alcanzar los objetivos presupuestarios y contables deseados. El Ministerio de Hacienda ha afirmado que todas las autonomías “tienen capacidad real” para cumplir los objetivos del déficit, y en todo momento podrían solicitar una “intervención voluntaria”, según lo prevé la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que entró en vigor  el pasado 1 de mayo, tras su publicación el día 30 de abril en el Boletín Oficial del Estado (BOE), aunque hasta la fecha ninguna lo haya hecho.
            En caso de no presentación del plan o su incumplimiento, la administración en cuestión deberá constituir un depósito retribuido del 0,2% de su PIB nominal, que podrá convertirse en multa en caso de que los incumplimientos se reiteren pasados los seis meses y, a los nueve meses, el Ministerio de Hacienda podrá enviar una delegación para valorar la situación económico-presupuestaria de la administración en cuestión.
            Todas estas medidas de control del gasto público y del déficit presupuestario hará que las diversas CC.AA. empiecen a poner el pie en el suelo y dejen de embarcarse en gastos incontrolados, dejando tras de sí, como ha sucedido hasta ahora, aeropuertos terminados y sin funcionalidad de coste multimillonario, obras faraónicas de ostentación que no se adecuaban a la realidad social y económica de la Comunidad y un pavoroso reguero de deudas que las generaciones siguientes tendrán que afrontar con el futuro hipotecado.
D. Juan Carlos en la cacería de elefantes controvertida
            A la crisis económica y los ajustes y recortes necesarios para salir de ella, se suma la polémica suscitada por el viaje a África de Don Juan Carlos y la cacería de elefantes en la que ha intervenido, en la que sufrió una caída que le supuso una rápida y posterior intervención quirúrgica, con la lluvia de críticas suscitadas por las características del viaje, a lo que se suma el caso Palma Arena en el que está encausado Iñaki Urdangarin, actual duque de Palma, que empieza a tomar tintes cada vez más  siniestros por las informaciones vertidas por el diario Mundo sobre las peticiones, por no decir exigencias, del  ex socio de Urdangarin, Diego Torres, quien le exige diez millones de euros para “no tirar de la manta y no perjudicar a la Monarquía”, además de un trabajo fijo y un millón de euros para pagar a su abogado. Ante tal disparate, el propio abogado de Iñaki Urdangarín ha respondido afirmando que pedir diez millones de euros supone extorsión. Ante tal situación, los republicanos y la izquierda, siempre atenta a pegar el mordisco donde puede hacer más daño aunque se perjudique al propio Estado, ha utilizado las supuestas peticiones de Diego Torres y las críticas surgidas por la cacería de elefantes de D. Juan Carlos, invitado a ella y sin que afecte a la economía de la Casa Real, como piedra de toque para poner en duda la necesidad de la monarquía y, en todo caso, la urgencia de que el Rey abdique en el Príncipe de Asturias, olvidando el papel fundamental que ha ejercido el Monarca en la consolidación de la democracia y la estabilidad política que la misma ha propiciado.
D. Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias
            Todos estos elementos económicos y políticos confluyen para hacer más necesarios que nunca los ajustes, recortes y, sobre todo, la exigencia de capacidad de decisión y gestión responsable del Estado con lo sacrificios que a todos nos son exigidos, pero en la confianza de que el camino es largo y no puede haber atajos para salir del precipicio insondable en el que nos abocaron los socialistas, ahítos de poder y con actitudes de nuevo rico que, por hacer una política de “crecimiento económico”, han dejado a España en cueros y tiritando de frío, para lo que no basta ya los simples paños calientes, sino un terapia de choque basada en la racionalidad, la coherencia, la responsabilidad en el ejercicio del poder y la toma de decisiones oportunas, necesarias e insoslayables, aunque para ello se tenga que perder popularidad, pero se consiga revivir al moribundo que es el Estado español y devolverle la salud y la energía vital, aunque se tengan que oír los ladridos rabiosos de quienes entraron a saco y salieron del Gobierno dejando a España convertida en un solar en ruina y en plena demolición.
            El Movimiento 15-M, aunque sigue lastrado de inmovilidad y de ausencia de programa, objetivos y coherencia interna por ser la amalgama de muchas y variopintas tendencias indefinidas e inconexas entre sí, anuncia nuevas movilizaciones para este fin de semana ,  pero  avisa que no cumplirá el límite de horario impuesto por la Delegación del Gobierno que ya ha manifestado su decisión de no permitir las acampadas ni el incumplimiento de dicho horario, evitando así la inoperancia de la Delegación del Gobierno socialista que en 2011 permitió que los acampados de la Puerta del Sol abusaran de su derecho a manifestarse, dando una pésima imagen de España en todo el mundo y creando pérdidas irreversibles a los comerciantes de la zona que pagan sus impuestos y poniendo en peligro a los puestos de trabajo creados por estos.
Cartel del Movimiento 15-M en 2012
            El anuncio del incumplimiento del horario concedido para la manifestación del 15-M por parte de los miembros de esta plataforma, sigue poniendo así de manifiesto la falta de rigor y planteamiento de quienes por “no sentirse representados por nadie” tampoco representan nada ni a nadie, quedando así en un movimiento más dentro de los grupos anti sistema, anarcosindicalistas, ecologistas y demás tendencias inoperantes por su propia indefinición que siempre llenan las calles con proclamas, manifestaciones y algaradas para terminar disolviéndose como pompas de jabón, dejando las calles sucias, los comerciantes de la zona con inmensas pérdidas imposibles de compensar y a los ciudadanos, en general, con la pregunta inquietante y poco animosa de ¿pero esta gente qué quiere, a quién representan y qué hacen además de protestar, gritar, buscar follón y alterar la vida ciudadana con el espectáculo siempre repetido de algarada vacía de todo contenido? No se duda de la buena voluntad de muchos simpatizantes con este Movimiento, sino de la propia eficacia del mismo que no acaba de definir su naturaleza, fines, programa y ni siquiera qué busca y con qué medios de actuación cuenta, hasta ahora puramente basados en la presencia callejera. Quizás, todos estos movimientos cívicos y pacíficos olvidan la premisa necesaria para que las cosas cambien a mejor: el trabajo, el esfuerzo continuo de todos, ciudadanos de a pie y fuerzas políticas, y el ejercicio de la  propia responsabilidad. Con gritos, pancartas, movidas callejeras y demás “puestas en escena” poco se consigue a no ser perjudicar en sus legítimos intereses a los propios ciudadanos y crear pérdidas cuantiosas e inevitables en situaciones semejantes a los afectados por estar ubicados en las zonas donde se producen las manifestaciones y acampadas, como sucedió el pasado año por estas fechas en la Puerta del Sol, cuando desde la Delegación del Gobierno como desde la propia Presidencia se oía las notas de comprensión del Ejecutivo ante la actitud de protesta cívica, mientras miraban para otra parte, dejando solos ante las pérdidas millonarias a otros ciudadanos igualmente dignos y responsables que eran los comerciantes y hoteleros de la zona que aún no se han repuesto de los daños económicos sufridos durante los meses en los que la Puerta de Sol se convirtió en un muladar en el que las litronas, los porros, las danzas acompañadas de bongos y la perfomance sustituyó al respeto de la Ley y a los derechos ciudadanos, a la pacífica y libre convivencia ciudadana y al lícito ejercicio del derecho al trabajo de los que tenían que hacerlo diariamente en aquel circo poliédrico y desgarrado en el que la sensatez parecía haber huido para ser ocupado su lugar por las utopías delirantes de los que quieren cambiarlo todo sin hacer nada más que protestar, gritar, bailar y hablar, quizás porque cuando faltan las ideas, el sentido de la realidad y de la propia responsabilidad y, sobre todo, las ganas de trabajar de forma productiva, sólo queda la posibilidad de “montar el circo” y demostrar a todos lo muy “indignado” que se está mientras los que oyen los gritos de protestas sin participar son los que tiran del carro de la economía, trabajando y cumpliendo con las propias obligaciones, en la única demostración eficaz, coherente y legítima de que se quieren cambiar las cosas de verdad y no al compás de la música mientras se baila la danza del vientre.
            Ante situaciones como la actual que necesitan ser tratadas con la firmeza, rigor y espíritu de servicio a un país en bancarrota, por vergüenza y dignidad deberían callarse ahora políticos como Rubalcaba y toda su grey y pedir perdón a todos los españoles por el mal que han hecho, el que todos tendremos que pagar durante muchos años, aunque no sean los siete mil que les aguarda al pueblo de Pioz, víctima también de la corruptela, abusos y disparates socialistas, quienes confunden siempre hacer una “política social de crecimiento” con la destrucción inmisericorde de un hermoso país que recibieron con superávit y dejaron cubierto de mierda, miseria y precariedad.
            Es hora de ajustar las cuentas económicas, sociales y políticas y también de ajustarles las cuentas en términos de responsabilidades penales a los que han provocado que la crisis que azota a toda Europa se haya instalado de forma permanente en España, ante su pasividad, inoperancia, estulticia e incapacidad de gobierno y ahora alzan la voz contra las decisiones que ellos debieron tomar, si es que hubieran sabido hacerlo, y critican las actitudes responsables, exigentes, leales a los intereses de España y de los españoles que está manteniendo Rajoy para conducir a la nave que estaba naufragando a todas luces a buen puerto, aunque sabiendo que la travesía será larga, difícil y llena de escollos, pero habrá merecido la pena, el esfuerzo y los sacrificios personales y colectivos porque en ello se juega el futuro de este país y el de las próximas generaciones.
            España necesita del esfuerzo de todos, pero empujando hacia un mismo punto, el futuro, para poder devolver a este hermoso país llamado España la propia dignidad, la fortaleza moral y económica y el reconocimiento de su propia identidad que ahora parece estar fragmentada y a punto de saltar hecha añicos. Es labor de todos no solo del Gobierno al que hay que desearle mucha suerte, buen tino y apoyarle en su labor difícil y no siempre bien comprendida, pero que empezará pronto, aunque en término de varios años, a dar sus frutos, esos que siempre da el trabajo bien hecho y el ejercicio de la responsabilidad, la coherencia y el buen criterio para saber tomar las decisiones justas y a tiempo, aunque con ello se tenga que perder popularidad para conseguir un bien mayor como es asegurar el presente para poder mirar al futuro con optimismo.
            Ese es el reto que tenemos todos los españoles sin exclusión y de todos depende que lo consigamos o no, pero desde la propia autocrítica, de la exigencia personal y de la comprensión de que cuando la crisis aprieta hay que renunciar a muchas cosas, pero nunca a la principal y necesaria como es la propia esperanza en que los sacrificios siempre se verán reconocidos y compensados, porque en ellos nos jugamos el futuro.

            

Entradas populares de este blog

I.ESPAÑA “PROGRESISTA” Y SU FRACASO

ESPAÑA DIVIDIDA

DESCUBRIENDO LA VERDAD