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MÁS DE LO MISMO



            por Ana Alejandre


            Los esfuerzos del Gobierno para sacar a España de la crisis -aunque ya están empezando a dar sus primeros frutos que no son visibles para la mayoría de los ciudadanos porque tanto el PSOE como los Sindicatos mayoritarios no dejan de animar a los ciudadanos a que sigan saliendo a la calle a protestar "de lo que sea", con tal de que se siga creando un clima de crispación social que sea palpable no sólo en España, sino en el mundo-, se encuentran no sólo respaldados por la CEE, sino por gobiernos como el de los EE.UU que animan a que Rajoy siga con las medidas restrictivas para salir de la crisis y aún las acreciente para que España pueda empezar a dejar de decrecer, lo que ya se empieza a producir dicho descenso en la caída, y a crecer a partir de 2014. A pesar del "rapapolvo" recibido por Rajoy  de las autoridades comunitarias por las cuentas de los años 2009,2010 y 2011, años en los que gobernaba el PSOE, pero  cuya crítica ha recibido su sucesor en el gobierno, además del espantoso déficit y situación precaria en la que había dejado el gobierno de Zapatero sumida a la economía nacional.
            Todo el esfuerzo continuo y eficaz que está realizando el Gobierno, sin embargo, se encuentra siempre contestado por la izquierda recalcitrante e ignorante, apoyada por los Sindicatos inoperantes y siempre dañinos para la defensa de los que, supuestamente, tendría que defender como son los trabajadores -aunque lo que sólo defienden y ha quedado demostrado son los propios intereses de los Sindicatos y de los partidos políticos que los sostienen y promueven-.  que no dejan de provocar tensión social y política con el uso y abuso de continuas manifestaciones a las que acuden millares de ciudadanos bienintencionados que creen que salen a protestar en defensa de sus derechos, cuando sólo hacen bulto en las manifestaciones que son sólo la forma utilizada por la izquierda para intentar echar al PP del Gobierno a pesar de su mayoría de votos. Esto traduce lo que piensa la izquierda ultramontana y sus adláteres de lo que es la democracia y el propio respeto que le merece, porque lo único que desea es volver a "desgobernar" para así llevar de nuevo a este país al  borde del precipicio donde lo dejó y de donde lo está sacando el Gobierno actual, a pesar de las dificultades inherentes a la gravísima situación que encontró a su llegada y que no se puede resolver en semanas o meses, además de necesitar la colaboración de todos para que España vuelva a tener la economía boyantes de la que gozaba cuando Aznar dejó el poder y llegó la plaga socialista que sólo sabe destruir aquello que encuentra por su incapacidad manifiesta de gobierno y de crear riqueza y bonanza económica.
            A todo ello se suma la imputación de S.A.R. la Infanta Doña Cristina en el caso Noos, porque el Juez ha encontrado "indicios", imputación que ha sido impugnada por la Fiscalía. Naturalmente, todos los ciudadanos, excepto el Rey, son imputables en caso de cometer un delito, y los miembros de la Casa Real no son una excepción. Sin embargo, esta imputación, por su cercanía a Don Juan Carlos, puede ser utilizada por los republicanos a ultranza y sus aliados que están en la mente de todos para utilizarla como ariete contra la figura del Monarca que ve así manchada su limpia trayectoria por unos hechos delictivos que aún no han sido probados ni sentenciados sino que son meros "indicios". No hay que olvidar que la Constitución consagra el principio de presunción de inocencia de un imputado hasta que no se pruebe su culpabilidad con todos los medios que la Ley exige escrupulosamente. De esa presunción de inocencia no está exenta la infanta Doña Cristina, al igual que otro ciudadano, como tampoco lo está de ser imputada. Pero de la imputación a la  declaración de culpabilidad y posterior condena hay un gran trecho que sólo los Tribunales pueden cruzar, no la opinión pública que siempre está en contra de quien ostenta un rango superior en la escala social, aunque no tenga pruebas para acusar y sólo indicios que hay que probar.  Sin embargo, ese mismo pueblo que reclama justicia, se levanta en contra de la Ley y su castigo que siempre reclama para los poderosos siempre sospechosos por el mero hecho de serlo, cuando la Policía coge in fraganti a un delincuente en pleno acto delictivo y tiene que enfrentarse con la muchedumbre enfurecida que reclama que se deje libre al delincuente sorprendido en plena comisión de un delito. Es decir, la presunción de condena que se niega a priori a quien está encausado por "indicios", se le atribuye ipso facto al delincuente común que ha sido sorprendido por la Policía  en plena acción delictiva, porque sea alguien del mismo barrio al que todo el mundo conoce y es, según  la opinión de sus convecinos, "un buen muchacho", aunque tenga detrás más de veinte atracos, robos, hurtos y demás delitos probados y sentenciados. Curioso país es España, siempre debatiéndose en la contradicción pura y dura, en los excesos y en la extraña división que hace de buenos y malos, de lo justo y lo injusto, del bien y del mal y de la evidente envidia soterrada que hay siempre debajo de la piel de cada español de aquello que no tiene y poseen otros: dinero, posición social, belleza, inteligencia, bondad y hasta sentido moral. Eso no se perdona nunca y hay que castigarlo, aunque sólo sea con la siempre velada sospecha sobre la rectitud de los demás que anida en cualquier ciudadano hacia los que tienen más suerte, talento o mejor fortuna.
            Además de la querella que ha presentado la Infanta Doña Cristina contra el Instituto Nóos por haberla implicado una actividades con apariencia legal y que ha devenido en un asunto penal que ahora se debate en los Tribunales, su marido, Iñaki Urdangarin, se encuentra dispuesto a aceptar un puesto como parte  del equipo técnico de la selección nacional de balonmano de Qatar. A esta salida del país la Fiscalía anticorrupción no se opone y no tiene intención de solicitar la retirada del pasaporte, según ha manifestado. De todas formas, sería más aceptable para la propia justicia y su visión por parte de los ciudadanos que dicha salida de España la realizara cuando hubiera recaído sentencia firme de su inocencia o bien, hubiera cumplido la condena impuesta en caso contrario, pero nunca antes.
            Otro caso de inocencia probada es la que ha recaído a favor de  Camps y su supuesta utilización de fondos públicos para costearse su guardarropa personal. El Tribunal Supremo ha declarado su inocencia de tal imputación que ya fue sentenciada en su contra,  y por la que tuvo que renunciar a sus cargos públicos y su militancia en el PP. Esto viene a abundar en que los Tribunales son los únicos que deben enjuiciar y sentenciar a los imputados, pero no la opinión pública siempre tan proclive a creer en la inocencia de los suyos, de sus allegados por uno u otro motivo, y en la culpabilidad de los otros, de los ajenos, sobre todo si son ideológicamente contrarios, o tienen una mayor cuota de poder, de dinero o de fama.
            A todos los problemas que tiene la sociedad española, los nacionalistas catalanes y su continuas exigencias disparatadas al Gobierno, han hecho exclamar a Rajoy que no existe posibilidad alguna de acuerdo con ellos, después de su reunión con Artur Mas; ni encuentra disponibilidad ni buena predisposición para llegar a un acuerdo en el pacto fiscal, por la irracional, exigente e intolerante actitud de los nacionalista catalanes con Mas a la cabeza, que exigen del Presidente del Gobierno, a través de su continuo chantaje sobre las cuestiones fiscales, que tome una decisión personal sobre la declaración de soberanía de Cataluña que sólo le corresponde a las Cortes que es donde tiene que plantearlas, según le ha hecho saber con buen sentido y mejor acierto. El Presidente del Gobierno afirmó que desea el entendimiento con los nacionalistas, pero no puede aceptar bajo ningún concepto la actitud de estos de "lo tomas o lo dejas" totalmente rechazable, por parte de quienes han perdido el norte y, por querer hacer  más grande a Cataluña como nación independiente, están cayendo en el ridículo. Además, están consiguiendo también un efecto contraproducente para todo lo catalán, ya que para muchos españoles que miraban con simpatía a Cataluña, por ser una parte más de España, están mirando ahora con acritud y rechazo a quienes, por culpa de los malos políticos que la gobiernan, se están convirtiendo en "extranjeros" y gente no grata, con declaración o sin ella de independencia, en justa respuesta al rechazo manifiesto a todo lo español.
            Por si ya fuera poco, el colmo del disparate ha sido que la Generalitat afirma, según la prensa de fecha de hoy, que no cumplirá la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia Catalana que obliga a dar clase en castellano en las escuelas catalanas en donde haya uno  o varios alumnos cuyos padres hayan solicitado por vía judicial tal derecho a estudiar sus hijos en dicha lengua que, además, es la estatal. Desfachatez no falta en los nacionalistas catalanes y, además, trufadas con exigencias y chantajes, mientras se saltan la Constitución y las leyes, según le conviene a sus intereses. Todo ciudadano se pregunta ¿hasta cuándo va a soportar el Estado español semejante afrenta sin responder con contundencia a quienes hacen de las leyes una moneda de cambio para sus continuas y abusivas exigencias?
            A todo esto se suma la oleada de acoso -o escrache como le llaman- a políticos del PP por parte de los activistas antidesahucios, sumando ya una larga lista de quince miembros del PP que sufren ya esa actividad antidemocrática de acoso que nada tiene que ver con la grave problemática de los desahuciados que apoyamos todos, sino que es una simple disculpa más, orquestada por los grupos de izquierda, para seguir creando conflictos, problemas y tensión social, en una demostración palpable de antijuridicidad, de talante antidemocrático que pone más de manifiesto el verdadero cariz de la izquierda montaraz y asilvestrada que sufrimos en España que defiende la Ley cuando le interesa, y se la salta sin ningún reparo cuando le conviene. Los afectados por los desahucios, verdaderas víctimas sociales que merecen toda la ayuda y el respeto que la sociedad pueda darles, son la excusa esgrimida por quienes sólo intentan hacerles inviable su estancia en el poder al partido que ha ganado legítimamente las elecciones generales, haciendo tabla rasa de la Ley, y saltando los derechos de los políticos acosados a ejercer libremente su cargo, sin presiones ni extorsiones, en una clara demostración de la verdadera naturaleza antisocial que tienen quienes dicen defender a los desahuciados y a los ciudadanos, en general, cuando sólo  intentan utilizarlos para sus propios fines políticos.
            El segundo trimestre de 2013 sigue mostrando la incapacidad de la izquierda para aceptar la decisión de los ciudadanos en  las urnas que le echó del poder, y para volver a él intentará aliarse  hasta con el demonio, si fuera preciso, con tal de poder obstaculizar la labor de gobierno de Rajoy y su equipo, haciendo  sus aliados -sindicatos, grupúsculos antitodo y demás finas hierbas-, continuos enjuagues con las leyes y los derechos de los ciudadanos,  demostrando  así que la  política de la izquierda está basada en el chantaje, el acoso, la extorsión y la crispación ciudadana. Cuando no se puede ni se sabe gobernar, lo que ha demostrado el paso por el gobierno del  PSOE en la historia reciente de España,  hay que procurar no dejar que gobiernen otros, aunque se tenga que estar continuamente usando el pito, la pancarta, las manifestaciones a troche y moche, el acoso y la extorsión, por esto y por lo contrario, a fin de demostrar lo mal que lo están haciendo quienes están en el Gobierno -quizás, para que los ciudadanos no se acuerden de cómo lo hizo el PSOE de "bien" cuando tuvo el poder-, y así poder superar el trastazo que se lleva continuamente en la intención de votos en todas las encuestas y la mala opinión y recuerdo que tienen todos los ciudadanos de cuando el PSOE gobernaba y destrozaba este país llamado España.
            Trimestre peliagudo va a ser éste y siempre van a estar en la palestra los sempiternos "defensores de los derechos ciudadanos" que no van a dejar vivir tranquilos a los ídem, ni los dejarán trabajar en sus diferentes ocupaciones con tranquilidad -los que tienen trabajo, afortunadamente, ni a quienes lo buscan con desesperación que es lo que realmente les importa-, porque si de algo saben los "paladines" de la justicia es hacer imposible la convivencia ciudadana, crear tensiones, crispación y malestar general. Eso sí, de lo único que no saben es de trabajar -pero si de vivir del trabajo ajeno-, de cumplir y respetar las leyes, de crear riqueza y bienestar social que es de lo que, realmente, está necesitado este país, como cualquier otro, y lo que sobran son los hacedores de conflictos perpetuos que viven de la supuesta defensa de los intereses y derechos ajenos, cuando sólo buscan asegurar los suyos y sólo crean pobreza, desempleo, inseguridad y odio entre los españoles.
            Estos sí que saben cómo vivir del cuento y contarlos también y, después, que el resto de los españoles paguen la cuenta.



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