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CON B DE BOLIVIA, NUESTRA ALIADA


Con B de Bolivia, nuestra aliada






Noticia publicada en “La Razón”, sección Internacional, el 12 de mayo de 2006.
Evo, al desnudo.España recibe con sorpresa la nacionalización de los hidrocarburos pese a ser una promesa electoral.
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El Gobierno conocía los planes de nacionalización del presidente boliviano, Evo Morales, ya que estaban recogidos en su programa electoral. Pero su anuncio, en este momento inesperado, le ha pillado por sorpresa. Por eso sospecha que la decisión pudo verse acelerada tras la reunión que el líder cocalero mantuvo el fin de semana anterior con los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y Venezuela, Hugo Chávez, según fuentes diplomáticas españolas. El mandatario venezolano telefoneó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero para comunicarle que el Decreto Supremo iba a ser aprobado el lunes. Lo que entra en contradicción con las manifestaciones realizadas por el presidente indígena de que se trata de una decisión meditada en sus instituciones y adoptada por su Gobierno en el momento que lo consideró oportuno. No obstante, el jefe del Ejecutivo tendrá posibilidad de conversar con Morales en la Cumbre UE-América Latina, que se celebra esta semana en Viena. 

La amistad con el líder indígena exhibida por José Luis Rodríguez Zapatero no ha evitado una medida que afecta directamente a los intereses de un país amigo. Podría decirse que «con amigos así uno no necesita enemigos o que vaya la que ha liado el aliado», señalaba a LA RAZÓN un empresario catalán. La diplomacia española se excusa e intenta minimizar la amistad con Morales: «El primer viaje al extranjero de los presidentes electos iberoamericanos, es decir, cuando todavía no han tomado formalmente posesión, suele ser a Washington y a Madrid». «Era obvio que Morales no iba a acudir a la capital estadounidense y por eso vino a la española», añaden las fuentes. Otra excusa es la importancia que para los gobiernos tiene, en estos tiempos, el valor mediático, y no cabe duda del gran impacto mediático de Morales. Lo mismo sucede con Chávez, por no hablar de Castro. Amigos preferenciales. Pero para el Ministerio de Exteriores no se trata de un problema de amistad. Las fuentes ministeriales alegan que tanto este Gabinete como los anteriores han sido amigos de todos los Gobiernos iberoamericanos, excepto ocasionales enfrentamientos puntuales como el habido hace años con Guatemala. 

Además, explican que Bolivia, Venezuela y Cuba no son exactamente los tres aliados preferenciales en la región. Como dato político aportan que España mantiene un acuerdo de asociación estratégica con México, Brasil, Argentina y Chile, y como dato económico, que estos cuatro países, más Perú, son los destinatarios de la mayor inversión española en la región. Estos datos no significan que aunque la inversión en Bolivia sea menor cuantitativamente, España deje de ser el primer inversor en el país donde están presentes empresas tan importantes como Repsol, Telefónica, Unión Fenosa, Albertis o Iberdrola. «No es enemistad con España», argumentan, ya que la medida afecta también a otros países amigos como Brasil, país en el que el 60 por ciento del gas que consume procede de Bolivia a través de un gasoducto de 3.200 kilómetros. Las fuentes diplomáticas consultadas consideran que se debe enmarcar la situación creada dentro del contexto regional y, además, «reconocer que el país tiene derechos sobre sus recursos naturales». Morales es el primer líder indígena electo y eso es trascendental para el país. Explican que Bolivia vive un proceso electoral para la Asamblea Constituyente, que tiene que elaborar la próxima Constitución y el presidente ha de tomar posiciones y situarse bien respecto a los electores. 

Al parecer, su popularidad habría descendido desde su llegada al Gobierno. El Ejecutivo reconoce que esperaba el decreto y también que es más duro de lo que suponía. La falta de reflejos ante la crisis generada y la ausencia de una respuesta contundente están siendo dos de los principales reproches que desde la oposición y desde el mundo empresarial hacen al Gobierno, que ha optado por la vía de la negociación y el acuerdo. En Exteriores, están convencidos de que las sanciones no dan resultados y que España nunca ha llevado a cabo políticas de confrontación con países iberoamericanos. El Gobierno justifica su cautela a la hora de hacer una declaración rotunda ante la posibilidad de perjudicar a Repsol, porque a la empresa le interese el acuerdo. Así pues, ha decidido que la mejor vía para no dañar los intereses de la petrolera española es la negociación. Pese a todo, la nacionalización de los hidrocarburos no afectará a las ayudas que España presta al país andino. Zapatero, en un acto de UGT, pidió tranquilidad porque aún hay 180 días de plazo para negociar con el Gobierno boliviano antes de que se adopte la nueva normativa.” 

Comentario a la noticia: El talante negociador de ZP no se puede poner en duda. Tanto, que negocia siempre con todos: tirios y troyanos; amigos y enemigos; españoles y antiespañoles; porque su opinión es que todo es negociable, desde la integridad de un país, incluso el que él mismo preside como Jefe de Gobierno, como los intereses legítimos de empresas españolas en el extranjero o dentro del territorio nacional, y al igual que con la propia identidad y significado de lo que significa España. No es cuestión de discutir con unos y otros para mantener la integridad de España como nación, la economía nacional, la seguridad de los ciudadanos y la propia dignidad, la personal de cada uno de los españoles y general de todo un pueblo que es una nación, es decir, la nación española; pero cuestión es ésta que no debe estar muy clara para quien sólo defiende, comprende y alienta a las otras nacionalidades, menos a la española, claro, porque ese concepto, si es que existe para ZP, lo debió perder hace tiempo y aún no lo ha encontrado por el tortuoso camino que sigue porque le debe alcanzar un poco lejos. Hay que negociar con el que te tiende la mano para estrecharla o para dar una bofetada; todo antes que perder la compostura, la sonrisa profidén y el sentido, no el común que ese se perdió hace tiempo, sino el sentido de la oportunidad de salir luciendo la mejor de las sonrisas, sea con Morales, con los nacionalistas de uno y otro bando, o con el propio Sacamantecas si propusiera poner una fábrica de jabones en el pueblo de al lado, y al que no conviene, o no es preciso, según opinión de los negociadores del tipo de ZP, preguntarle de dónde piensa obtener la materia prima. 

 Por eso a Morales, que le ha dado por saco a los intereses de muchas empresas españolas, saltándose los contratos y convenios celebrados legítimamente, se le tiende la mano, se le recibe con todos los honores y se le da las gracias por haber demostrado, una vez más, lo buen amigo que es de España y que para demostrar esto último viene a Madrid, aunque en realidad sea por el motivo que expresa la diplomacia española de la forma siguiente: «El primer viaje al extranjero de los presidentes electos iberoamericanos, es decir, cuando todavía no han tomado formalmente posesión, suele ser a Washington y a Madrid». «Era obvio que Morales no iba a acudir a la capital estadounidense y por eso vino a la española», es decir, viene por la costumbre y porque en EE.UU no le iban a recibir con honores, precisamente, a no ser para acompañarle a la puerta de salida. En una palabra, viene a España porque es una obligación diplomática basada en la costumbre; pero a esa demostración de amistad la contradicen los hechos contundentes del presidente boliviano que aplica, en este caso, ese refrán que dice: “amigos, sí; pero la vaquiña por lo que vale” y a cuya actitud la han definido muy bien los empresarios catalanes al decir que “con amigos así, no hacen falta enemigos”. Todos se dan cuenta de la realidad sobre este asunto; pero a nuestro beatífico Presidente no se le ha encendido la luz del piloto rojo que indica que a España se la han jugado en otro frente más, uno de los muchos desde que ZP y su gobierno están en el poder; pero que ese mismo piloto rojo debe estar dando alaridos de alarma en las empresas como Telefónica, Iberdrola, Albertis e Unión Fenosa, menos en Repsol, porque a ésa sí que parece interesarle el acuerdo y ya es bastante éxito que una compañía salga poco perjudicada de esta demostración de amistad del presidente boliviano, porque las otras cuatro o cinco que salen malparadas, viendo sus millonarias inversiones por los aires, son cuestiones menores para la diplomacia española que considera que ha conseguido un triunfo incuestionable, según los portavoces oficiales, aunque siempre hay algún que otro descontento que no comprenden, o mejor dicho, no comprendemos, esa peculiar teoría económica que sostiene que la ganancia está en perder seis y ganar uno. 

Estamos apañados con amigos y aliados como Morales y otros de su misma cuerda. Estas son las buenas relaciones que interesan a España. Con ellos y los acuerdos con los que quieren desgajar a España en trozos, por eso de que hay que combatir el latifundismo y España es demasiado grande para una sola nación, por lo que debe repartirse entre unas cuantas, vamos bien, según ZP y sus afines. Lo malo no es que se lo crean los que así piensan y predican; lo peor, es que nos lo lleguemos a creer todos porque eso sí que nos llevaría a la autentica enajenación como pueblo, como nación y como individuos, ya que pasaríamos a ser, en vez de un colectivo de ciudadanos libres y pensantes, una simple manada de borregos.

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